La tarea no es fácil. Nos tenemos que desplazar a estas aldeas, muchas veces fuera de lugares transitados. Desde Chimoio viajamos en "transporte público" y si la aldea está alejada, contamos con la moto del extensionista para 3 personas. Muchas veces tenemos que caminar kilómetros para llegar a nuestro destino.
Merece la pena. Cuanto más pobre es el lugar, más interesadas están las personas. Siempre nos reciben con sonrisas y ganas de trabajar. Es cierto que en Mozambique todo está muy desorganizado. Cuando se convoca un encuentro para 50 personas de un clube, es dificil que aparezcan más de la mitad. Aún con estas dificultades, hemos podido llegar a muchos sitios, no solo a entregar esta cartilla, tambien explicar su contenido y trabajar en la práctica con ellos. En Bandula, un clube en el que casi todos los miembros son mujeres, pudimos trabajar mucho, plantamos árboles y plantas y se hizo un agujero para enterrar la basura orgánica y crear adobo natural. Lo mismo estamos haciendo en otros clubes.
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